De ocio por la Churrería Chocolatería San Juan

De ocio por la Churrería Chocolatería San Juan

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Hoy, 10 de diciembre, empezamos a celebrar los festejos navideños yéndonos de comida. Hemos querido adelantarnos para evitar las aglomeraciones en los días más señalados y lo hacemos reuniéndonos todos/as: el conjunto de usuarios/as, el equipo técnico habitual de trabajo en viviendas, la psicóloga y las dos alumnas en práctica que nos acompañan este año y de las que os hablaremos más adelante. (En realidad, os hablaremos también de esta comida con posterioridad, cuando podamos mostraros las fotos del evento).

De momento, hoy, nos servimos del anuncio de festividad, como excusa para hablaros de una de las actividades de ocio que, desde el año 2018 venimos realizando con cierta asiduidad y que no es otra que la consistente en coger la línea 23 del bus y acercarnos a la Churrería San Juan ubicada en esta misma localidad (Calle Señores Maripino Rosello, 2), en donde disfrutamos de unos de los mejores churros que hemos comido nunca (advertimos de que no cobramos comisión. Si los publicitamos es porque de verdad apreciamos la calidad de este manjar).

Todo empezó cuando quisimos satisfacer nuestra curiosidad después de leer uno de los artículos del magazín gastronómico de EL País, (“El Comidista”), en el que el periodista Carlos Doncel facilitaba un listado de 15 chocolaterías que merecían la pena visitar por España, entre las que se encontraba la Churrería Chocolatería San Juan (os dejamos el enlace para que podáis consultar la publicación, y por si fuerais a viajar durante las navidades (con precaución): podéis consultarlo pinchado aquí)

A través de esta noticia supimos también que el académico, crítico gastronómico y presidente de Madrid Fusión, Jose Carlos Capel había publicado un artículo (podéis leerlo aquí) en el que ponía en valor el trabajo de Manuel Tejero, (churrero y dueño del local) no sólo por su buen hacer a través de la elaboración de su producto estrella, sino, también, por la fritura de unas crujientes y jugosas bolsas de patatas artesanales que, además de vender en la propia churrería, distribuía entre comercios de los alrededores como el excelente Probar (San Diego 1, Santa Faz, Alicante) (Tampoco cobramos comisión….)

Teniendo estas referencias y reconociéndonos fatalmente golosos, incursionamos por la churrería en donde, no sólo se cumplieron nuestras expectativas, sino que se superaron (como dice Jesús, está perfectamente conseguida la combinación entre la textura jugosa de su interior y el dorado exterior crujiente). Desde entonces, si hubiera dependido de nuestro antojo, el señor Manuel nos hubiera tenido de clientes de a diario pero, la puesta en práctica del menú dietético elaborado por el nutricionista al que pedimos asesoramiento, y la propia razón apelando a la prudencia de las limitaciones, nos ha hecho regresar de forma más espaciada pero, eso sí, con predicamento y devoción.

Si tienen oportunidad, no duden y vayan a probar una buena ración de churros con chocolate. Empiezan las navidades!!!!

El camino hasta la churrería suele ser alegre porque es tiempo para el ocio y porque la expectativa del festín hace que, también Jesús (candidato a especializarse en la materia), en el momento en que el autobús toma giro en la rotonda del Hospital, rumbo a Santa Faz, a pesar de que todavía queda un trecho, nos anuncia con convencimiento: “Ya huele a churros”. Y con esa animosidad que nos regala la vida sencilla cuando se sabe apreciar en su verdadera excelencia, llegamos a nuestro punto de destino.

En una de las últimas ocasiones en las que acudimos al deleite del ágape churresco, al pedir permiso a su dueño para fotografiarnos en su local, le explicamos nuestra afición y, el señor Manuel Tejero nos demostró que su generosidad iba más allá del ofrecimiento de su pericia para lograr con laboriosidad este producto de tanta calidad, pues, además, quiso también mostrarse agradecido por el reconocimiento y nos ofreció en dádiva dos de las bolsas de patatas fritas de las que dispone en el local y que, suculentas, armonizaron el aperitivo previo a la comida del día con suculentos estallidos de sabor.

Como decimos, no tenemos más interés en hacernos eco aquí de la existencia de esta churrería que el de destacar el buen trabajo que realizan (hemos hablado de los churros, las patatas y de su artífice, pero debemos hacer extensivo el reconocimiento al equipo de mujeres encargadas de atender y servir las mesas con amabilidad y delicadeza). Además, ahora, también añadimos el agradecimiento por la generosidad.

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