Poco hemos hablado de las vacaciones que disfrutaron nuestros/as usuarios/as durante la última semana de agosto en Piles.
El ocio suele ser el área más olvidada en la recuperación en salud mental. Muchas veces poco valorada debido a la falta de interés que suelen ponerle las personas que presentan apatía o abulia, pero que nosotros como profesionales, tenemos que incentivar y motivarles para favorecer la desconexión, relajación y contribuir al bienestar integral de cada uno.
La realidad es que no todas las personas interpretamos el concepto de ocio de la misma manera. Hay quienes necesitan realizar actividades culturales, hay quienes disfrutan de actividades individuales y hay quienes consideran ocio como ir solamente a tomar un café o disfrutar de una buena comida. Durante estas vacaciones, hemos ido adaptando el programa de actividades a todos los gustos e intereses, permitiendo la aplicación de la definición propiamente dicha de ocio “tiempo libre de una persona dedicado a la elección propia sin presiones ni obligaciones externas, agradables, satisfactorias o de descanso”.
Durante 5 días, nos hemos alojado en el Albergue Mar i Vent. El primer día fuimos a visitar el Oceanografic de Valencia. Una experiencia marina muy interesante, aunque nos ha generado mucha tristeza ver a los animales fuera de su hábitat natural, también estamos agradecidas de que sea un refugio para aquellos que han llegado a la costa con necesidades médicas porque después de resolver esos problemas, suelen regresar a su hogar.
También hemos disfrutado del entorno natural que nos ofrece el parque natural marjal de Pego-Oliva. El lugar perfecto para explorar la tranquilidad, el silencio, el baño en el río y mucha vegetación y fauna.
Desde Piles a Gandía, nos separaban escasos kilómetros, por lo que hemos tenido la gran oportunidad de ir a visitar el Museo Fallero y el Palacio ducal de los Borgia, que nos ha permitido capturar estas maravillosas imágenes que también guardaremos en nuestra memoria.
Basándonos en los intereses de cada persona, no podía faltarnos un espacio para la relajación, por ello propusimos la visita a un Spa con varios tratamientos como masajes profundos y rituales de belleza para una renovación de la piel.
Jávea junto a Dènia son unos de los pueblos más preciosos de la Marina Alta. Gracias al tour de “La Marina Alta Tours”, pudimos apreciar numerosos detalles que resultan desapercibidos si no hay un guía para explicártelos. Especial mención a la gastronomía que ofertan, con una gran variedad de mariscos, tapas y platos combinados, por un precio increíble dada la gran calidad que presentan.
“Dènia vista desde el mar es aún más bonita”, eso nos decía todo el mundo, por lo que teníamos que comprobarlo. Y efectivamente, desde un gran velero, la ciudad tiene mucho encanto. No es apto para aquellas personas que se pueden marear fácilmente ya que el barco rompe con las olas del mar y genera una sensación de balancín, pero también creemos que es una experiencia muy cautivadora por la diferente visión que ofrece de Dènia.
Por último, disfrutamos del parque acuático de Cullera, el Aquópolis.